lunes, 11 de febrero de 2013

SI BEBES NO CONDUZCAS

Mi amiga Carmen Lasco se sacó el carnet a la primera, pero a menda le hicieron falta tres subidas a examen de prácticas para conseguirlo.
En aquella época ya tenía 36 años, ya que nunca quise el carnet de conducir pues trabajaba al lado de casa y si hacía falta, entre taxis, amigos y marido, me llevaban a todas partes.
La teórica estupenda, la aprobé al primer intento, pero la práctica fue harina de otro costal.
Empecé ya contratando las horas de dos en dos, si no, entre que llegaba tarde y nos tomábamos el cafelito, no había tiempo de nada. Tras 150 horas facturadas, mi profe decidió que ya podía subir a Montjuich para examinarme, si hubiera sido por mí podíamos seguir haciendo prácticas un par de años más, era divertido y encima como el coche tenía dobles pedales, era él quien frenaba y aceleraba en caso de apuro (casi siempre).
Y llegó el día, un martes a las ocho de la mañana (vaya madrugón). Nos subimos al coche, el examinador, mi profe, otra chica y yo, al volante. Me pongo el cinturón, arreglo los espejos y le doy a la llave.
Horror, me empiezan a temblar las piernas como si tuviese el baile de San Vito… y el coche se cala. Otra vez embrague, primera, temblor y coche calado. A la tercera el examinador me mira y me dice: -”Señora, cálmese”.
Fue peor, más tembleque. Y eso que me repetía a mi misma: “Tienes 36 años, el carnet te lo estás pagando tú, nadie te obliga y no te van a castigar si no apruebas”. Inútil. Estaba aterrorizada.
PRIMER SUSPENSO

En el segundo intento todo iba de maravilla hasta que me hizo aparcar delante de un camión. El profe nos había enseñado un truco, gracias a una pegatina en la luna trasera, para aparcar perfectamente entre dos coches.
¡Pero no con camiones! Total coche aparcado casi en medio de la calle. El examinador, desesperado me dijo: “Bueno, ahora salga”.
Y yo, ni corta ni perezosa, me desabroché el cinturón, cogí mi bolso y me bajé del coche.
Se me quedaron mirando sin saber si ponerse a reír o a llorar, pero es que se había olvidado de decirme que tenía que salir "con" y no "del" coche.
SEGUNDO SUSPENSO

A la tercera, a las ocho de la mañana me tomé medio “güisqui” y aprobé.
Y eso que ahora dicen “si bebes no conduzcas”… pero preséntate al examen... juas juas juas.

1 comentario:

Marta dijo...

Lo de tomarme un copazo no se me ocurrió. Yo también aprobé practicas a la tercera, me ponía tan nerviosa que al último momento metía la pata y ¡suspendida, srta"