martes, 12 de febrero de 2013

PASION POR LA LECTURA

Desde que era un retaco me ha gustado dibujar, escribir y también leer. Como todos los críos empecé con aquellos cuentos con más dibujo que texto, pero mi pasión eran los cuentos troquelados de Ferrandiz.
Hace un par de años Planeta volvió a reeditarlos, pero no eran igual, "los míos" eran más bonitos. Aún me acuerdo de "MariPili y su biscuter", "Barba Azul" ó "Mariuca, la castañera", esos eran mis preferidos.
 
Crecí, me lancé directa a los tebeos y sobre todo  a los ridículos cuentos de princesas, aunque también robaba "El Capitan Trueno" y "El Jabato" a mi hermano. Salvo "La Vanguardia" de mi padre, me lo leía todo.
 
Pero cuando descubrí a Enid Blyton y "El club de los cinco" mi pasión por la lectura se convirtió en obsesión. Mi madre me pegaba bronca y quería que dosificase los ratos de lectura, pero yo no hacía ni caso.
Como esos libros no eran baratos, me duraban cuatro días y mi madre ponía pegas a comprarme dos a la semana, empecé a intercambiarlos en el cole. Era tan boba que quise montar un grupo así. No lo conseguí. ¿Qué íbamos a investigar, el fondo de la nevera o de las bolsas de pipas?...
 
Como compensación a aquel fracaso, con los años, he -hemos- conseguido montar "el club de las tres y pico", que tampoco está nada mal, aunque de investigar misterios más bien pocos.
 
Claro de luna, Florita, Mortadelo y Filemón, "Tintin et Milou" y ya la prepopera y quiceañera revista "Salut les copains" son recuerdos de una infancia y una juventud siempre pegada a "papeles llenos de letras".
 
De adulta he seguido leyendo pero no os equivoquéis... cuatro novelas históricas, algo de poesía, poco autor hispano y sobre todo mucho "best sellers", ¡"best sellers" por un tubo! Es decir que, pese a haber leído desde que era una niña, he acabado quedándome con la llamada "literatura basura". ¿Que le vamos a hacer?..., una es así.

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