MUJERES ODIOSAS

... al menos para mi. ¡Que mal me caen, Dios!

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Meryl Strepp, la buena actriz que no me gusta como trabaja, dice que tiene la receta para ser feliz y sentirse bien a los sesenta. ¡Pos malegro!

Entre sus consejos, para que nosotras también podamos ser tan felices como ella, están el vivir en Conneticut, en una granja aislada y dedicarse a plantar coles. No cambiar de peinado, no inyectarse botox porque pierdes expresividad, coger el teléfono, ir a comprar, planchar, cocinar, tener la nevera llena de comestibles naturales, comer muchos vegelates y pan integral, cero hamburguesas y perritos calientes y, sobre todo, no escuchar consejos de nadie.

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Vamos por partes, Meryl, Conneticut me pilla un pelín lejos... ¿no podrían ser alcachofas en El Prat?... Lo de comprar, cocinar y, sobre todo coger el teléfono lo hago siempre -el gato aún no ha aprendido- y lo de tener la nevera con comestibles naturales también lo cumplo; hace años que he dejado de meter los tomates de plástico, las bananas de cerámica y las bragas recauchutadas. Lo de los consejos, desde mañana mismo dejo de aceptar hasta el más mínimo.

Si los consejos de la actriz me han servido de mucho, y se los agradezco, los de Merceditas Milá me han llegado al alma. "Hacer Gran Hermano me rejuvenece", asegura.  Pues nada, en la próxima edición  GH2176, me apunto con los cutres de turno a ver si rejuvenezco un poco.

Mercedes, antes eras una buena periodista, ahora -creo- has perdido el "oremus" y ya no sé qué pensar de tí. Tanto rejuvenecimiento gracias a GH -que, por cierto, no veo- me tiene traspuesta y a tí también.