Mientras una enumeraba los días de la semana "Montag, Dienstag, Mittwoch, Donnerstag...", otra contaba de forma aplicada "Uno, due, tre, quattro, cinque, sei, sette..." y a la tercera le tocaba recitar los meses del año "Janvier, Février, Mars, Abril, Mai, Juin...", ninguna podían pensar que, con los años, esos tres idiomas no les serviesen un carajo para comunicarse entre ellas y el idioma en el que explicarse sus cuitas fuese el castellano.
Sinceramente creo que esa formación, totalmente atípica para los tiempos que corrían y donde primaban los colegios de curas y monjas -que era lo "bueno"-, nos ha hecho ser como somos: unas personas abiertas, tolerantes, liberales, a las que pocas cosas nos rompen los esquemas y nuestro lema común es "laissez faire, laissez passer", como buenas seguidoras de los filósofos tolerantes del S.XVIII. ¡Cuerno, que super culto me ha quedado esto!... ¡Menudo engaño! Ja, ja, ja...
Debido a que esos colegios, que tuvieron la gran suerte y enorme gustazo de aguantarnos, eran serios y apolíticos... así hemos salido nosotras, cada una de distinto ramalazo. Una apolítica total que vota a Berlusconi porque le importa un cuerno lo que suceda en Italia, otra que pese a tener pasaporte aleman piensa, llegado el caso, hacerse de nacionalidad exclusicamente catalana y la última de derechas hasta hace 15 años que ahora ya ni sabe por donde anda.
Gracias a esa exquisita formación de base, culturalmente tenemos gustos comunes. A las tres nos encanta "Revenge", Homeland", los huevos fritos con beacon y chistorra, el estofado de rabo de buey y las fabes con almejas. Sabido es que un buen colegio hace maravillas en el futuro de tres niñatas.
2 comentarios:
Y que coles eran esos donde te enseñaban a saborear los huevos fritos con chorizo?
Tienes razón, el colegio no tiene nada que ver con que nos gusten a las tres los huevos con chistorra y beacon, pero quedaba bien escribirlo para cerrar la entrada
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