viernes, 11 de enero de 2013

VISITA TURÍSTICA

Esta "aventura", que corresponde a cuando éramos cincuentonas, es plenamente vigente y, creo, servirá para que vayáis conociendo a las artífices de este blog.
Aviso: Mañana podría suceder, de nuevo, exactamente lo mismo. Diez años no arreglan nada.

Recuerdo perfectamente el día en que el pobre Thomas, un alemán con un sentido de la elegancia muy especial, cayó en nuestras manos, ó mejor dicho en las de ellas -yo, por entonces, casi siempre me dejaba llevar-, para que le enseñásemos Barcelona y las tiendas de diseño de mobiliario.

De entrada, las tiendas de diseño quedaron reducidas a tres: Pilma, Vinçon y "La Taberna Catalana". En la tercera no había diseño pero habían montaditos y las banquetas eran así como "mu modelnas". Además era mediodía y tocaba aperitivo.

El pobre teutón no entendía nada y nos miraba con cara de "ovnuvilao" pensado que tras el aperitivo seguiríamos la "tournée de diseño"... ¡¡¡Cúan equivocado estaba!!!! Dos tiendas de muebles de diseño en Barcelona eran más que suficientes para la maestra de ceremonias Nefer, que dió al resto como "liquidadas por cese en el negocio".
Nos pusimos de montaditos hasta las orejas e intentamos emborracharle para ver si se le iban las malas ideas, que eran muchas, y dormía la mona pero... lo peor de todo aún estaba por llegar.

Tras convencerle de que no había más "diseño", que esta cuidad era poco diseñadora, darle una vuelta -rápida y en coche- por el Paseo de Gracia, la Plaza Cataluña y Las Ramblas; al pobre turista, de la nariz siempre pegada a la ventanilla, se le ocurrió que le apetecía darse un baño en la playa y así de paso visitar el Puerto Olímpico. Como para él ya habíamos comido...

 ¿¿Playa???... ¡¡¡Para qué queríamos más!!! Lo plantamos en la playa frente a la zona de restaurantes, le dijimos que nosotras nos quedábamos en uno de ellos tomándonos una hamburguesa, aceptó desilusionado y cuando se iba tan, aparentemente, contento con su toallica bajo el brazo, la adicta a la lechuga -Nefer- le soltó que a esa playa sólo iban los cutres de la Barceloneta, que estaba contaminada por los desagües de no sé qué zona , que tuviese cuidado y que allá él si le salía algún sarpullido. El pobrecito se quedó tan pasmado que cambió su baño por otra hamburguesa y se dedicó, en lugar de ponerse moreno, a ponerse negro del todo y a pagar las hamburguesas, por supuesto.

Durante la hamburguesada, que duró hasta media tarde, iba comunicándonos que quería ir al Parque Güell... contestación: otro café y que allí no podíamos ir por que asaltaban a todo el mundo; que quería visitar la Pedrera, la Casa Batlló, la Sagrada Familia, Santa Maria del Mar, la Catedral, el Anillo Olímpico de Montjuich, etc... ¡¡Cuerno, eso se estaba complicando en demasía y estaba visto que el "norteño" tenía aguante para dar y vender!!!...

Finalmente sus solicitudes quedarnos reducidas a NO Parque Güell lleno de ladrones, NO casa Batlló porque lo bonito estaba en la fachada, una rápida visita interior a La Pedrera, dos vueltas a la Sagrada Familia sin dejarle bajar del coche porque así se veía mejor y cuando llegamos a la Catedral... ya estaba apagada y cerrada. La cara del pobre Thomas fue todo un poema.
En ese momento se me cruzaron los cables, ya no recuerdo qué excusa le estábamos dando para no llevarle a Santa Maria del Mar... me harté, pillé un taxis y los dejé allí plantados. De verdad, me sentía avergonzada por nuestro comportamiento y como el tema no tenía visos de mejorar, antes de montar una escandalera, de que nos matase él o que yo matase a Nefer y a Cris,  lo mejor era largarme y punto.

Supongo que tampoco llegaron a llevarle a Montjuich, otro punto que quería visitar, seguro que le dirían que allí estaba lleno de muertos vivientes, por lo del cementerio, claro... o alguna otra burrada parecida.

Tras este sinfín de desastres, y alguno que habré olvidado, creo que el pobre alemán se llevó una imagen "cojonua" de Barcelona, algo como:
La playa está contaminada y llena de chorizos, el Parque Güell es una guarida de ladrones, el Anillo Olímpico es un cementerio, la Catedral está cerrada porque no tenían velas, las fachadas de las casas son bonitas pero dentro son un estercolero chabolista y "Barcelona, cuidad del diseño"... no es más que una patraña ya que solo tienen dos tiendas medianamente decentes.

Menos mal que no hemos vuelto a hacer de guías turísticas, por eso el turismo sigue creciendo en Barcelona, no hemos acabado denunciadas y en el frenopático de Sarriá.

P.D. Con esta historia podéis ir haciéndoos una idea de las sesentonas con las que estáis tratando. Quien avisa no es traidor.

2 comentarios:

Nefer Titi dijo...

Yo sigo haciendo de guía, los acompaño a la parada del Bus-Turistic.

Unknown dijo...

Al leer la entrada, y me iba acordando, me ha entrado un ataque de risa. Pobre tío la que le montamos, y es que pobre Thomas no se enteraba de nada. Juro que todo es verdad