
No estaba muy de acuerdo en ir porqué tenía miedo de la aglomeración “rebajil”, pero me parecía de mala educación no acompañarla.
Hemos cogido el coche y al llegar hemos aparcado sin problemas en la planta P3 (Aparcamiento 3) que estaba casi vacía a pesar de que era la una y media.
Tenía que comprar tabaco y nos fuimos directas a la P (Planta).
Pero mi amiga italiana Erma, de apellido Frodita, se paró en un “corner” de bolsos. Estuvimos un ratito mirando y ella se compró uno de estampado animal y yo otro de color azul marino.
Como ella quería comprar cosas para la cocina, nos fuimos a la planta SM (Sótano Molde). Erma se cargó con pinzas, cuchillitos, termos, vaporizadores y tonterías varias mientras que yo me afiancé una sartén-piedra.

Estoy en casa y, al abrir el cajón de las sartenes he contado 7 y he vuelto a pensar (cosa peligrosa): para qué quiero otra y encima que pesa como una losa, por muy mona que sea. Mañana volveré al C.I. a la planta Sótano Molde a devolver la inútil sartén-piedra.
Está visto que este año no me han pillado…jajaja
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