Una de las mejores frases que definen mis fines de semana es "pijama y hasta el lunes", claro que eso puedo soltarlo un martes y también cumplirlo a rajatabla.
Hasta hace pocos años, el no tener una comida o cena el sábado era signo de fracaso social, ahora es una sensación de paz mayúscula. Terror me da oír "podríamos". ¡Coñe, podríamos... puede tú y déjame tranquila con mi pijama de finde y mis paridas! De "culito inquieto" he pasado a "culazo apoltronado" sin darme cuenta, salvo en la talla de pantalón.

¿Desembocará esto en una especie de síndrome de Diógenes?... Bueno, lo pensaré mañana, hoy no tengo tiempo ya que no me queda otra que rustir unos "braons", arreglar el vestidor, poner en orden unos papeles -de WC, ayer estaban de oferta y compré 36 rollos- y buscar e imprimir un calendario para mi madre, que anda ella muy preocupada por no tener uno y no saber en qué día vive.
Claro con eso de la crisis nadie ha hecho calendarios y lo más gordo es que tampoco se encuentran en las librerías, al menos el que ella quiere. ¡Jolines, otra rara! Y lo peor de todo es que cada día me parezco más a ella pero con "pijama hasta el lunes".
1 comentario:
yo de ti probaría con un pijama normal, ya que cada vez que tengas de ir al lavabo debe ser un trabajo sacarte el pijama entero
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