Hace un tiempo Nefer y yo decidimos que teníamos que ir a un
gimnasio a ponernos en forma y a ver si se nos iban los michelines que
empezaban a asomar.
Estuvimos mirando y finalmente, con lo vagas que somos,
encontramos uno pequeño que estaba al lado del despacho donde trabajamos y era
solo de mujeres.
Muy contentas nos fuimos al Decathlon a compramos el
modelito a lucir. Menudo modelo, shorts con camiseta a conjunt, calcetines,
cinta para el pelo del mismo color de la camiseta y wambas, una pinta de lo mas chic. Una vez elegido el
equipo fuimos al gimnasio y nos matriculamos. Quedamos que con dos veces a la
semana teníamos bastante. Nefer alquiló una taquilla, donde guardábamos las
toallas, jabones, desodorante, champú, chanclas para no pisar el suelo de la
ducha, etc., solo faltaba el perfume.
Al finalizar nos duchamos y para casa. Por la noche me dolían
hasta los dedos de las manos, lo prometo. Al día siguiente las agujetas nos
mataban. Es normal no habíamos hecho nada de ejercicio desde el colegio.
Prometo que esto último es verdad.
Nuestro primer día fue demasiado. Lo primero que nos tocó fue lo de los steps. Nos pusimos detrás de todo y empezó la música. Eso fue un desastre, cuando las demás subían, nosotras bajábamos, sí daban la vuelta nosotras para adelante, si tenían que subir primero con la pierna izquierda, nosotras lo hacíamos con la derecha. Total, ataque de risa y todas las demás girándose y mirándonos. Como no podíamos parar, decidimos salir un rato a una especie de patio que había a fumarnos un cigarrillo. Ya sé que no es lo mas adecuado, pero cuando se nos quedó la cara a cuadro fue cuando vimos salir al monitor y pedirnos un cigarrillo para él. Segundo o tercer ataque de risa en media hora.
Nuestro primer día fue demasiado. Lo primero que nos tocó fue lo de los steps. Nos pusimos detrás de todo y empezó la música. Eso fue un desastre, cuando las demás subían, nosotras bajábamos, sí daban la vuelta nosotras para adelante, si tenían que subir primero con la pierna izquierda, nosotras lo hacíamos con la derecha. Total, ataque de risa y todas las demás girándose y mirándonos. Como no podíamos parar, decidimos salir un rato a una especie de patio que había a fumarnos un cigarrillo. Ya sé que no es lo mas adecuado, pero cuando se nos quedó la cara a cuadro fue cuando vimos salir al monitor y pedirnos un cigarrillo para él. Segundo o tercer ataque de risa en media hora.
Volvimos a entrar y tocaba espalderas. Teníamos de sujetarnos con las manos en una barra a la altura de los hombros y hacer 20 flexiones. Acabamos antes que nadie. En vez de hacer las 20 flexiones, nosotras contábamos simplemente de 1 a 20, pero seguido, en total con 4 flexiones bastaron. El monitor nos explicaba que la cosa no iba así, pero como podéis imaginar, ni caso. Lo de la colchoneta fue mas o menos igual que con los demás aparatos, la clase por un lado y nosotras por otro.
Fuimos, creo, unas cuatro o cinco veces mas, y llegamos a la conclusión que estábamos muy
bien como estábamos.
Gimnasia gimnasia no hicimos, pero nos hinchamos a reir.
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