martes, 29 de enero de 2013

¡JO, CUANTOS CHASCOS!

¡Jolines! Esta mañana tras enroscarme la cadera, desentumecerme las muñecas con agua hirviendo, ajustarme bien la pata de palo, meter la cabeza media hora en el congelador, por aquello de rebajar las ojeras, y colocarme el postizo... me he preparado el café con leche, encendido el ordenador, entrado en este blog y... ¡que deleite, que alegría! ¡Venga, a disfrutar con una ración de buenos ánimos, grandes máximas y frases filosóficas!
¿Quién me iba a decir a mi, que este espacio cibernético en lugar de ser un simple y tonto modo de distracción y recuerdo, encima me acabaría "enseñando" un montón de cosas?...
 
Que si me gustaba mi oso... ¡jo y yo sin saberlo! Claro, ahora lo reconozco, me gustaba y por eso lo aguanté 18 años; como al carrillón "veneciano" que me endosó mi suegra, del que ya os hablaré otro día.
 
Que si es un blog de "batallitas". ¿Y qué se podía esperar con el título elegido? ¿Disertaciones sobre el ser y devenir de la humanidad?...  Pues sí, podemos llamarlo "batallitas". Si lo recuerdos y viviencias para algún jovencit@ son batallitas, buenas son; mientras no sean un coñazo y vuelvan a leerlas...
Dicho sea de paso, y como simple consejo, ya veremos qué batallitas llega a contar él/la con lo monotemátic@ que es en sus comentarios. A madurar se empieza desde joven.
 
Por último, que si estamos "arrugás"... Esto si que me ha dolido. ¡De verdad! Yo que había retirado todos los espejos de casa y voy por la calle mirando hacia la calzada...  Van ahora y me lanzan las arrugas en plenos morros. ¡Que poco respeto a las canas y que chasco me ha pegado!... Vamos, el chasco es tan gordo que no creo que me recupere en tres o cuatro meses. ¡Mínimo!
 
Y, como el/la ególatra "yo" me ha dado la mañana, mejor será  que me fume un puro y me apunte a algún "Casal d'Avis" donde me sentiré joven a rabiar. GRUUUUU

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja,ja,ja,ja
Cojonudo!!!!!!!!!!!!

Javier dijo...

A mis 68 años quiero decir:

Usted, mujer de 60 años, es una digna representante de lo que ha sido su vida, de su pasado, de su niñez y sus experiencias. Tiene las lágrimas de las pérdidas, las alegrías de los reencuentros y sobre todo... ¡vida!