TAMBIÉN FUIMOS JOVENES

Carmen, Nefer y yo, como está escrito en la primera entrada, nos conocimos cuando éramos muy jóvenes, creo que no llegábamos a los 17 años.

La verdad que nuestras aventuras de adolescentes fueron siempre divertidas. Cada tarde quedábamos en un bar, que estaba de moda, y allí vivimos nuestros primeros amores y desamores. Importante,  los desamores los superábamos rápidamente. Las primeras escapadas a escondidas por la noche y como siempre nos pescaban, la bronca pertinente.

Fue la época hippie y la minifalda, el tiempo de los primeros biquinis, de los shorts con faldas largas abiertas por delante y las primeras botas altas, los mini-jerseys. Los pelos lisos que nos lo alisábamos con la plancha de la ropa, como si planchásemos una sábana colocando la melena en la tabla de planchar, o haciéndonos la toga. También se llevaba el pelo a lo afro, cosa que a Nefer y a mí no nos costaba tanto ya que teníamos el pelo rizado.

Carmen era llamativa, Nefer muy extremada y yo estaba entre las dos, o sea medio llamativa medio extremada. Llamábamos bastante la atención las tres, tuvimos la suerte de ser bastante monas y tener las tres un buen tipo.

Música de los  “Beatles y Rolling Stones”,  que dividía a los fans -de unos o de otros-, Jimi Hendrix, Bob Dylan, etc, y me acuerdo de los cantantes italianos con sus voces roncas y sus canciones románticas que nos hacía soñar con el chico que nos gustaba, que siempre era el nuevo que habíamos conocido.

La verdad es que lo disfrutamos todo, no dejamos de hacer nada, todo era nuevo y emocionante, rompíamos con muchos tabúes que existían en esos tiempos. Seguro que mis primeros pasos por mi juventud no hubieran sido lo mismo sí no hubiera sido el grupo de amigas que éramos.