viernes, 25 de enero de 2013

UN DÍA NORMAL

Ayer nos tomamos el día de fiesta -perdón, perdón, perdón-, pero aquí estamos de nuevo al pié del cañon. Es lo que tiene hacer lo que nos venga en ganas, si la familia lo permite, claro...; porque libres somos pero con cargas; y esas cargas, a veces, son un autentico peñazo.

Una se tiene que ir a 100 km de distancia a ver casas para un familiar, la otra es enviada a la otra punta de Barcelona, si no a 35 km. para una resonancia de espalda y esta menda se pierde entre compras semanales, encarguitos, guisos incomestibles y otras zarandajas, como discutir dos veces con mi madre por auténticas chorradas y acabar dándole la razón aunque no la tuviese.

Y es que el vivir solos y no tener obligaciones, según aducen los complicadores de vidas sosegadas, trae esto. Como estás sola, "tu puedes..."; como no tienes obligaciones, "tu te encargas"; como no tienes nada mejor que hacer, "te comes el marrón"; como estoy de mal humor... "¡toma chorreo que a tí no te molesta nadie!"

¿Y sabéis por qué?... ¡Porque somos mujeres! Porque las mujeres estamos para todo,  nunca fallamos y tampoco podemos hacerlo; claro, los hombres tienen mayores "responsabilidades" y, sobre todo, saben escurrir mejor el bulto; para eso, o lo que sea que no les interese, ya está "la nena".

¿La nena? ¡Cuerno con "la nena" de 60 años! ¿A los ojos de nuestras madres creceremos algún día?... ¿Dejarán de explicarnos cómo se hace un huevo frito?... ¿A las ojos de nuestros hijos dejaremos de ser, alguna vez, solucionadoras de problemas que ellos mismos se crean por no pensar con la cabeza? ¿A los ojos de nuestros hermanos dejaremos de ser las destinatarias de encarguitos tocanarices?... ¡NO! Por eso, ayer, nos tomamos el día "festivo". ¡Y Dios mio, que festivo fue!

Viendo el artículo que acaba de publicar Cris, veo que uno de los puntos se une perfectamente a lo que relato. Lógico todas palmamos con, más o menos, lo mismo.

No hay comentarios: