Cada año al
llegar la primavera, aparte de estallar los colores, los pajaritos que cantan y
todas estas cosas que en la ciudad ni nos enteramos si no fuera por la tele, los periódicos, la radio y el tan esperado anuncio de cada año "Ha llegado la Primavera al Corte Inglés".
Esto me hace pensar en que también llega el momento del cambio de ropa de los armarios, cambiar la de invierno por la de entretiempo. Muy bien no se para que, ya que en primavera igual hace calor que hace un frío de narices y luce el sol o llueve hasta dejarnos los huesos caladitos.
Es una de las cosas que mas me molestan. Siempre encuentro alguna excusa para hacerlo al día siguiente, y de esta manera casi llego al verano, pero este año me propongo hacerlo esta semana que para algo es fiesta, y como yo no voy a procesiones me tomaré lo del cambio de ropa como una penitencia.
Siempre me pasa lo mismo, lo que no me gusta lo vuelvo a guardar, no sea que luego me arrepienta, y así es como aun tengo pantalones que no me suben mas allá de los tobillos.
Voy probándome la ropa y cada nueva pieza nuevo cabreo, ya que hay
cosas que ya no me caben o me quedan apretadísimas, y ya no estamos a nuestra
edad como para ir luciendo curvas. Lo
peor llega con los biquinis o los trajes
de baño, Dios mío, que mala leche me entra. Me miro al espejo y me veo hecha un
adefesio, ni tapada con un pareo de la cabeza a los pies se disimulan los años.
Llegados a este punto, creo que lo que necesito es una nueva casa mas grande, donde haya un gran armario para invierno, uno para entretiempo y uno para verano, y así no tendré de pasar por este trance.
Esto me hace pensar en que también llega el momento del cambio de ropa de los armarios, cambiar la de invierno por la de entretiempo. Muy bien no se para que, ya que en primavera igual hace calor que hace un frío de narices y luce el sol o llueve hasta dejarnos los huesos caladitos.
Es una de las cosas que mas me molestan. Siempre encuentro alguna excusa para hacerlo al día siguiente, y de esta manera casi llego al verano, pero este año me propongo hacerlo esta semana que para algo es fiesta, y como yo no voy a procesiones me tomaré lo del cambio de ropa como una penitencia.
Siempre me pasa lo mismo, lo que no me gusta lo vuelvo a guardar, no sea que luego me arrepienta, y así es como aun tengo pantalones que no me suben mas allá de los tobillos.
Llegados a este punto, creo que lo que necesito es una nueva casa mas grande, donde haya un gran armario para invierno, uno para entretiempo y uno para verano, y así no tendré de pasar por este trance.
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