Siempre
voy leyendo que hemos de amarnos y aceptarnos tal y como somos. Yo me quiero
mucho de verdad, pero cuando al salir de la ducha me veo en el espejo, no me gusto nada de nada. Que quede
claro que no por verme así, mi autoestima baja ni un milímetro. He escrito ver
mi cuerpo y no mirarlo, que es lo que hago, pues mirarlo ya no lo miro para no
ponerme de mala leche.
El
cuerpo se vuele redondo, sin curvas, con la piel casi estampada de tantas
manchas. De golpe te das cuenta que la cintura ha desaparecido por arte de
magia, bueno por la magia de haber cumplido tantos años, que el pecho se ha
vuelto flácido y caído y que el culo es todo menos duro y ya te puedes haber
hartado a ponerte cremas, eso no cambia nada.
Lo
único que puede cambiar tu cuerpo es pasar por la Clínica Planas y te hagan un
forfeit para cuerpo completo, desde la cabeza
a los pies, que algún que otro callo también nos sale.
Otra
cosa de esas profundas que siempre he escuchado es “que cada edad tiene sus
cosas buenas”, y yo estoy buscando hace tiempo lo bueno que tiene nuestra edad,
pero aun no lo he encontrado.
Prometo que el día que me entere lo bueno que tiene tener mi edad os lo escribo.
1 comentario:
A muy pocas nos gusta nuestro cuerpo pero como no tenemos otro nos hemos de aguantar
Publicar un comentario