martes, 5 de marzo de 2013

MIRAR PERO SIN COMPRAR

Hoy estoy más enfadada que nunca por ser más larga que un día sin pan. 
Toda mi vida, como comenté un día, tuve complejo de jirafa y sólo me faltaba que estas dos brujas -Nefer y Cris- me llamasen 'la larga'.  ¡Que malvadas eran, y son, esas dos "bajitas"!... Ja, ja, ja.

El complejo lo superé hace años pero tampoco es plan ir por la calle enredando mi hermosa mata de pelo en las ramas de los árboles; por eso, por más que me gusten estas sandalias de "D&G", me las tengo que mirar desde el escaparte. No vaya a ser que entre, me dé un ramalazo de locura, tire de Visa, mande mi economía a tomar viento y, para colmo, al primer día me arree un porrazo parecido a caerse desde un primer piso. 

Y es que ser alta tiene sus ventajas. Aquí se respira mucho mejor -bueno tampoco sé como se respira abajo- y a coger cerezas no hay quien me gana, a higos tampoco; pero para meterse esos taconazos... la altura es mala compañía. 

Además, si enloqueciese y me "montase" en  esos zancos, me convertiría en la mujer todo patas y no ganaría para desenredos en la peluquería. Muy bonitas, pero... ¡pasando que es gerundio! El horno no está para más bollos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La ventaja de los tacones agujereados es que no se recalientan los pies