Una de las cosas que no
entiendo es a la gente que trabaja de cara al público y tiene una mala ostia
que no se sostiene. Te atienden como haciéndote un favor, aunque no les importa
ni tú ni tu problema. Con lo que una sonrisa y un buenos días puede solucionar!!!
Para todos ellos recomiendo, primero que
cenen un tazón bien grande de All-Bran y si aún así siguen teniendo mala leche, habría que ponerles
este casco. Se le coloca al sujeto en cuestión, y cuando el sensor incorporado
arriba detecta a una persona a menos de dos metros, un pequeño motor tira de
dos hilos de pesca y provoca esta maravillosa sonrisa que vemos en la foto.
Tiene
cara de bobo pero, tras una ventanilla o un mostrador, siempre es mejor que la de perro.
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